Puesto en boga por el feminismo, la denominación femenina (entendámonos en sus formas nuevas) suele resultar a muchos hombres una amenaza temible contra sus dotes señeras de director y mandón.La imagen masculina de muchos hombres está hoy no sólo en cambio, sino en crisis "Amí no me domina una mujer".
Cierto. La aguja que en otros tiempos apuntó a la conquista, está hoy apuntando a la resistencia ante la descolonización.Algunos hombres montan su estrategia en la resistencia a este dominio. La misma que en otro tiempo emplearon en conquistar terrenos, es empleada hoy en que esos terrenos no de sus golpes de estado.
El miedo acosa y la tensión sube. Para muchos es una humillación inaguantable el que un compañero de trabajo le suelte la indirecta del " Macho, cómo estás dominado; hace de ti lo que quiere....."El orgullo ancestral suele surgir a borbotones, imparable.
ABOGUEMOS POR EL ENTENDIMIENTO Y LA IGUALDAD.
DENUNCIEMOS SIEMPRE LOS MALOS TRATOS.
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